Los amigos de Siquia.com me han realizado esta entrevista que hoy comparto, hablando sobre Mindfulness y sus aplicaciones como herramienta terapéutica. Espero que os guste, y cualquier duda, aclaración, comentario, no dudéis en dejar vuestra huella al final del post o en el mail: mireiamasip@copc.cat .
Gracias!
Hablamos con la psicóloga de Barcelona Mireia Masip. La conocimos hace unas semanas y rápidamente nos transmitió su pasión por la psicología y su apuesta por la terapia para resolver muchas cosas cotidianas de la vida que a veces se nos hacen un mundo, y que con el apoyo de un profesional tienen solución. Conoce cómo ayuda a los pacientes y cómo puede ayudarte también a ti, a encontrar el bienestar y la felicidad.
¿Cómo fueron tus comienzos en la psicoterapia?
Empecé realizando terapias individuales gratuitas en el CAP Manso a los pacientes que los médicos de cabecera derivaban como parte de un programa de formación del Máster de Psicoterapia que he realizado. El número de sesiones era limitado y muchos de los pacientes no habían acudido nunca a un psicólogo ni sabían lo que se hacía en terapia, era nuevo para ellos. En ese programa (que ayuda cada año a mucha gente) me di cuenta de hasta qué punto es necesaria la psicología dentro del sistema sanitario actual, ya que personas que van una vez y otra a la consulta del médico de cabecera buscando una solución que no encuentran, gracias a la terapia han podido reconducir su problemática y vivir mejor que antes con los recursos que le han aportado las sesiones.
De la misma manera, en la Unitat de Teràpia Familiar del Hospital de Sant Pau, empecé a asistir y conducir terapias de pareja y familia, enganchándome (en el buen sentido de la palabra) a la sensación tan gratificante de haber podido ayudar a personas que necesitan en un momento determinado pasar por un proceso de terapia para salvar su matrimonio, entender el problema de los hijos, o mejorar el clima familiar.
También he trabajado en el contexto de Trastornos de la Conducta Alimentaria, y en el ámbito infantil, en reeducaciones y terapia infantil.
Para mí es vital formarme continuamente, además del Máster en Psicoterapia que he realizado, he cursado un Posgrado en Psicología Clínica Infanto-Juvenil, para poder tener la visión más amplia posible de la problemática infantil y trabajar en todos los ámbitos de forma holística.Recientemente ha crecido mi interés por incorporar el Mindfulness al proceso de terapia, como herramienta que usar en determinados momentos, ofreciendo una psicoterapia basada en mindfulness, o para realizar una terapia completa con la Terapia de Aceptación y Compromiso, que incluye el mindfulness como unos de los elementos claves, así como la aceptación de la realidad que tenemos y el compromiso con nuestros valores y metas.
Me establecí por mi cuenta, y actualmente tengo posibilidad de conducir terapia individual a Adultos, Adolescentes y Niños, así como terapias de pareja y familia, en distintas orientaciones y siempre adaptándome a las necesidades de la persona que consulta.
“Personas que van una vez y otra al médico de cabecera buscando una solución que no encuentran, gracias a la terapia han podido reconducir su problemática y vivir mejor”
Los primeros pasos en el Mindfulness
Me inicié en el mundo del Mindfulness gracias a un seminario que se impartió como parte del Máster en Terapia Cognitivo Social, de la Universitat de Barcelona, el cual tiene una orientación Constructivista pero está abierto a un formato ecléctico técnicamente e integrador, lo cual dicho sea de paso, encaja completamente con mi forma de ver el proceso de terapia, en la que somos nosotros, los psicólogos, los que debemos adaptarnos a la persona que consulta y no al revés.
En ese seminario de fin de semana, que impartía un magnífico profesional de la Asociación de Mindfulness y Psicoterapia, profundicé (ya conocía los beneficios de la meditación y sabía que existía el mindfulness) en los beneficios que aquellas técnicas que estaba aprendiendo, y vi que el modo de vida que proponía el mindfulness me gustaba y que con ello podía ayudar a los pacientes que estuvieran abiertos a esta disciplina.
Tanto en ese seminario como en mi formación posterior sobre el tema, vi en la práctica del mindfulness una herramienta muy potente para trabajar la mayoría de los trastornos que hacen que las personas acudan a terapia: depresión, ansiedad, pensamientos rumiativos, estrés, duelo… así como un recurso interesante para incorporar al proceso de terapia, aunque se realice desde otro enfoque distinto.
Mindfulness suena más a tántrico, meditación,… que a Salud Mental. ¿De dónde viene esta relación?
El entrenamiento en Mindfulness es una práctica milenaria que ha sido conservada a lo largo de generaciones y generaciones de practicantes, principalmente en el concepto budista. En la actualidad, Mindfulness – es decir, la capacidad de observar de forma desapegada y no reactiva la propia experiencia – ha sido integrada como habilidad psicológica por cada vez más modelos psicoterapéuticos actuales.
Jon Kabat-Zinn, conocido como referente mundial por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Allí introducía a los pacientes a la práctica de Mindfulness para el tratamiento de problemas físicos y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés, creando el programa MBSR (Mindfulness based stress reduction) para la reducción del estrés.
El mindfulness se basa en la auto-observación, y si bien es cierto que la auto-observación por sí misma puede no ser terapéutica (puede incluso ser iatrogénica en casos de Depresión y rumiativos), la observación que se realiza en Mindfulness sí lo es. La diferencia son los procesos que se realizan cuando se practica Mindfulness, ya que como la mayor parte de los modelos psicoterapéuticos actuales, asigna un papel central en la génesis de la psicopatología en la no aceptación de la experiencia.
Cuando no nos gusta lo que nos pasa, cuando lo comparamos con un ideal mental de lo que tendría que pasar, o cuando nos resistimos a aceptar la realidad presente, se activan procesos como los implicados en trastornos como la ansiedad o la depresión. Mindfulness, por el contrario, es un estado de conciencia, una nueva forma de actuar ante los pensamientos, de aceptación y observación de la experiencia tal y como es en el momento presente, sin vivir con “el piloto automático”. Esta aceptación nos permite observar de forma no reactiva los pensamientos patológicos y preocupaciones crónicas que no permiten que la persona se implique en lo que en realidad la haría feliz en su vida y mantenerlos bajo control, ya que ya no son ellos los que nos dominan, podemos saber qué pensamientos son, cómo nos hacen sentir, qué efecto tienen en nosotros, ser conscientes de ellos y dejarlos pasar, sin aferrarnos a ellos ni juzgarlos. Cuando sentimos que podemos observar nuestros pensamientos de forma desapegada y no reactiva, nuestras emociones están también sujetas a este control, no nos vemos inundados por ellas ya que sabremos cuál es su origen, y nos permite vivir sin automatismos y de forma más libre y consciente. El mindfulness nos abre la puerta a desarrollar una mayor capacidad de discernimiento y de compasión, un concepto muy importante para empezar a aplicar con nosotros y con los demás.
Mindfulness es tener la oportunidad de mirar que es lo que pasa dentro de nosotros, cuáles son nuestros pensamientos, qué sensaciones nos provocan, cómo los notamos, y aceptarlos como nuestros, dejar de huir de ellos. Observarlos y ser capaces de dejarlos pasar. El Mindfulness nos brinda la oportunidad de conocernos más a nosotros mismos y vivir en el presente, no en la mente, ya que al dar espacio a todos los pensamientos que normalmente evitamos, y aprender a controlarlos, podemos vivir más conscientes nuestro día a día, y eso nos hace más felices.
¿Sirve el mindfulness para todo? ¿En qué casos está recomendado?
La práctica del mindfulness en sí misma conlleva beneficios que se aprecian en todas las áreas de la vida diaria, ya que nos permite tener un momento para nosotros en el que mantenernos en calma, ayudándonos a combatir el estrés y afrontar los problemas desde otro punto de vista, así como se ha visto que la meditación y concretamente la práctica del mindfulness provoca cambios a nivel cerebral y en el estado de activación general del organismo, generando un estado de calma habitual y una activación menor.
Por otro lado, a nivel clínico, se puede aplicar a prácticamente todos los trastornos que puedan ser objeto de consulta, con más o menos intervención en el proceso de terapia según el trastorno en sí y la disponibilidad de la persona, si bien es cierto que hay procesos psicopatológicos en los que, por su propia naturaleza, el mindfulness se les adapta a la perfección como proceso de tratamiento, como pueden ser la depresión (donde se ha visto que los pensamientos catastrofistas, pesimistas y autodestructivos forman parte del núcleo del trastorno), el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), los trastornos de ansiedad y pánico (crisis de angustia, pensamientos rumiativos en ansiedad generalizada, fobias..), el dolor crónico y el estrés postraumático.
A nivel infantil es muy interesante también que los niños adquieran la capacidad de mostrarse atentos y concentrados en una tarea cada vez, y que aprendan a ser conscientes de sus pensamientos y las emociones que les conllevan, para que no se vean desbordados por ellas. En todos estos aspectos, y en trastornos más concretos como el TDAH, el trastorno negativista desafiante, y los problemas para concentrarse, es muy útil aprender a aplicar mindfulness (adaptado a su nivel de desarrollo) desde pequeños.
Practicar mindfulness es empezar a vivir de forma más consciente, aceptando la realidad de forma desapegada y no reactiva, de forma que nos posicionamos para poder cambiarla con el control que nos permite esta práctica. Es totalmente inocua y conlleva importantes beneficios tanto en adultos, adolescentes y niños para siempre.
“A nivel infantil es muy interesante también que los niños adquieran la capacidad de mostrarse atentos y concentrados en una tarea cada vez”
¿Se puede decir que es un modo de vida?
Totalmente. Empezar a practicar mindfulness requiere ya de entrada un cambio en la rutina, ya que tenemos que encontrar un momento diario para la meditación consciente, aunque sean dos minutos a primera hora y dos a última. Este cambio ya genera por sí solo modificaciones en nuestro día a día, tenemos ese momento en el que, pase lo que pase, podemos hacer una parada para estar tranquilos, y recuperar la calma aunque haya sido un día ajetreado, así como nos proporciona el recuerdo de una sensación placentera a la que poder volver en cualquier momento en que lo necesitemos.
Más allá de la práctica diaria, vivir de forma “mindful” implica estar atento y presente en nuestro día a día, vivir de manera consciente y conectada a nuestra realidad, siguiendo los pasos que tenemos que realizar para practicarlo: 1. Obsérvalo. 2. Sé consciente de ello. 3. Permite que pase. 4. Aplica compasión y amabilidad. 5. Déjalo ir, no te aferres al pensamiento. 4. Vuelve al presente.
¿Cómo se practica el mindfulness en terapia psicológica?
En las primeras sesiones, si la persona está interesada en trabajar su problema desde un enfoque basado en Mindfulness, explico cuáles son los beneficios de la práctica, cómo puede ayudar a solucionar el motivo de la demanda, y doy unas primeras instrucciones para que se empiece a practicar en casa. A partir de ahí, al principio de cada sesión se realiza un minuto aproximadamente de mindfulness, para tener ese momento los dos de “reset” respecto a lo que acabamos de vivir y conectarnos con el momento presente y poner toda nuestra atención en la sesión que empezamos.
Una vez se domina la técnica la forma de trabajar cada trastorno es diferente según la problemática concreta. Yo, entre otros tipos de terapia, trabajo con la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que utiliza la práctica del mindfulness como forma de dejar de evitar una realidad que no nos gusta y trabajar con los valores de la persona para que se comprometa con lo que sí que quisiera mantener y hacer crecer en su vida. En esta terapia se usan mucho las metáforas, una de mis preferidas es “la metáfora del jardín”: muy brevemente, supongamos que eres un jardinero, que tiene la responsabilidad de cuidar de su jardín, nadie lo puede cuidar por ti, y en ese jardín crecen malas hierbas que a la que salen te afanas a cortar (evitación del problema), y eso te desgasta y te aparta del cuidado de las flores que sí te gustaría ver crecer. El intentar evitar continuamente el que creemos el problema se convierte en el problema en sí. Es necesario pensar en las personas, las cosas, que queremos ver crecer en nuestro jardín, y comprometernos a cuidarlo, sin evitar las malas hierbas, ya que incluso ellas puede que tengan una función para que las otras crezcan.
“El intentar evitar continuamente el que creemos el problema se convierte en el problema en sí”
Ahora que sabemos en qué consiste, ¿cómo podemos empezar?
En breve empezaré a realizar talleres en los que explicaré con más detalle en qué consiste el Mindfulness, y dónde se podrá empezar a practicar.
Evidentemente, también realizo terapia individual desde un enfoque constructivista, que implica que somos nosotros quienes construimos nuestra historia, y por tanto tenemos la posibilidad de cambiar nuestra forma de contarla y cambiarla, no somos víctimas. Este enfoque es técnicamente ecléctico, es decir, utiliza recursos de varias orientaciones según la persona que consulta se siente más o menos cómoda, utilizando las herramientas del Mindfulness con más o menos presencia en terapia, con total flexibilidad y adaptándome a la necesidad y el interés de la persona que consulta.
Estoy a vuestra disposición para cualquier comentario, duda, pregunta… me encontraréis en el teléfono 640582257, en el mail mireiamasip@copc.cat y en Siquia.
Encontraréis el enlace a la entrevista en www.siquia.com en el siguiente enlace: